Cuando el aliento es un problema.

                                 

Entre un 30% y un 60% de la población lo padece; un 80% de ellos debido a afecciones en la cavidad oral.

El mal aliento es uno de los síntomas que más preocupan a sus pacientes. Muchos llevan años arrastrando el problema, consultando a especialistas, y a pesar de diferentes consejos y tratamientos la situación persiste, sin llegar a tener claro su origen y recidiva.

La halitosis puede indicar enfermedades, la boca es un caldo de cultivo de bacterias. Por ello cuidar su aseo mediante hábitos higiénicos y dietéticos es fundamental.

La halitosis es el mal aliento de la boca, su olor desagradable. Es un problema que se intensifica con el estrés, los trastornos de los senos paranasales, las llagas bucales, caries, infecciones de encías y por el tabaco. Incluso puede ser resultado del exceso de sequedad en la boca. Se ha dicho también que el mal aliento puede producirse por los gases absorbidos del intestino y liberados a través de los pulmones.

Pero, generalmente, el origen del mal aliento suele estar en una superabundancia de bacterias productoras de compuestos sulfatados volátiles, de muy mal olor. En muchos casos, las culpables son los millones de bacterias que viven en la boca. Éstas inducen la formación de placas dentales, una película de material pegajoso con bacterias que se forma en el diente.

La falta de higiene dental, los empastes y coronas malos y las dentaduras postizas, pueden influir y aumentar el riesgo de la creación de placa bacterial. Estas bacterias crecen en los carbohidratos y proteínas en la boca que proceden de la dieta. Producen ácidos y una sustancia conocida como compuestos de sulfatados volátiles (VSC).

Un problema social.

Muchos millones de personas atribuyen una gran importancia al aspecto social del mal aliento. Las personas que sufren de mal aliento pierden la confianza en sí mismos. Viven con un miedo constante de ofender o molestar a otras personas. Es una situación agotadora que disminuye la calidad de vida.

Como combatirla.

En el tratamiento de la halitosis se pueden corregir o extirpar las causas orgánicas.

Hay una serie de remedios para evitar que el aliento sea un problema avergonzante. Entre estos se pueden destacar los siguientes:

Mantener una higiene bucodental adecuada. Hay que cepillarse los dientes tras cada comida sin excusa. Acudir al dentista para eliminar el sarro y para descartar cualquier indicio de enfermedad periodontal. Esta es la principal productora de los compuestos sulfatados volátiles. Pero no sólo hay que cepillarse los dientes sino también la lengua y las encías.

Utilización de la seda bucal para los espacios interdentales. Es esencial su empleo diario, así como la visita al dentista dos veces al año. También existen rascadores para eliminar las bacterias de la lengua.

No fumar. El tabaco provoca mal aliento y es el principal factor de riesgo patológico evitable.

También provoca halitosis el consumo del alcohol. Si se bebe hay que hacerlo con moderación y, si es posible, con alimentos de por medio. Asimismo hay que reducir el consumo de azúcares y dulces.

Consumir grasas con moderación. En personas con retraso en el vaciado del estómago pueden producirse ácidos grasos y volátiles, y favorecen el mal aliento. Hay alimentos potencialmente favorecedores de la halitosis, como el ajo o la cebolla.

No permanecer muchas horas sin ingerir alimentos. Es recomendable tomar una manzana entre comida y comida. Es importante aumentar el consumo de verduras crudas que ayudan a proteger las encías.

Fuentes : laopiniondemurcia.es, alimentacion-sana.org

 

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